martes, septiembre 19, 2006

No olvides el paraguas cuando vayas a París

No olvides el paraguas cuando vayas a París

Recuerdo mis juguetes de niño: mi sombrero de vaquero y mis pistolas plateadas con las que jugaba, a ser el llanero solitario peleando contra indios escondidos detrás de las macetas de mi abuela; como no recordar mi columpio y una docena de pelotas, eso sí, una después de otra, con las que imaginaba ser “pata bendita” en la pared enfrente de mi casa. La nostalgia de la bicicleta que nunca utilicé por vivir en una calle muy transitada o la figura de acción que hablaba, que mi tía con manos de quirófano, descompuso el día después de navidad. Estos como otros tantos, los declaré bajas de guerra y fueron a parar al hospital “caja de plástico,” donde, junto con mi infancia se jubilaron luego.

Después, con los años, vinieron las scalectrix, los juegos de mesa, los balones. La vida entonces ya no se catalogaba en dulces, sino en el tiempo sorbido fuera de casa: en las cascaritas en la calle y en ver quién bebía más refresco de cola de un solo trago. Al final, con el Atari, la tecnología y los años nos fueron devorando por completo y nos llenaron de acné, de eructos y de malas películas de adolescentes en el cine. Fue ahí cuando te conocí, justo cuando Molly Ringwald besaba a Andrew McCarthy.

Entonces mi vida cambió por completo, el tiempo se fue destilando en pares, tus ojos verdes fueron el libro, donde tendido en el piso te leí por primera vez a Neruda; tú siempre hablabas del “Che”, de la revolución, de Fidel, de Cuba; de un tiempo que nunca fue tuyo y que alguien te vendió en algún documental barato, esa revolución no es la nuestra, fue la de nuestros padres, te decía mientras retomaba los juegos; el preferido eras tú, siempre tú.

Al final nos convertimos en islas.

Los 80’s fueron un disparo de mal gusto en mis sienes, mis sesos quedaron salpicando hasta el nuevo siglo.

El invierno, como los pájaros, te llevó al sur, a mí me dejó anclado en este sitio, invernando entre las cuevas de una ciudad que se muere despacio; pero las mariposas siempre vuelven.

Fue en un Septiembre a finales de los 90’s; nos encontramos en la danza de apareamiento de las ballenas; en ese momento nos disfrazamos de otros, tomamos un café; nos bastó un cigarrillo para desvanecer la mesa, al final de nuevo fuimos isla, rodeada por un océano de extraños días, para luego reinventarnos y salir a cazar patos fuera de temporada.

Tú, dejaste al “che” en una camiseta desteñida; ahora burguesa, tu única preocupación era el modelito del más reciente número del Vogue, a mí se me destendieron mis sueños y todo fue a dar al bote de la basura.

Las migajas que dejamos en aquella mesa, después fueron un calendario, una agenda, un anillo, un festejo; el velo del tiempo cubrió nuestros espejos.

Ahora, es imposible, verdaderamente imposible, el dormir entre beso y beso, te despiertan las caricias o el ronroneo del gato. Con los años en fuga, tus ojos verdes y tu discurso del “Che” quedaron tan obsoletos cómo los discos de vinil o los videos beta.

Cada día me despierto con tu foto bajo el brazo y me repito en silencio, que la que duerme al otro lado de la cama no eres tú, es una extraña que se metió bajo las sabanas, en un día en que mis neuronas bailaban con Audrey Hepburn y Humphrey Bogart se iba a Paris en un barco.

No sé cuando tus nudillos quedaron en analgésico o por qué nuestros juegos caducaron y se convirtieron en larvas bajo el colchón. Falso, todo es falso: las psicofonías en el cuarto, los retratos en la sala, incluso hasta el maldito gato; lo cierto es que mi abuela ha muerto, que mi madre hace figuras de fieltro para sus nietos, que tú eres una sombra, una mancha de mis sesos en la cocina. Lo cierto, sin duda, es esa silueta con pistolas plateadas durmiendo en una orilla de la cama.

domingo, septiembre 17, 2006

Acto de fe

Todo arrecia
los niños en las esquinas
....el tráfico
.........tu frente
Una soledad compartida en el pecho
......se clava
..........desgarra dentro
la noche tiende raíces
Dentro de mí
la confusión cubriéndolo todo
y sólo atinas a pensar en sus ojos
mirada desvelo
que provoca el arrebato
.....pero callas
......... siempre callas
dejas que la lluvia moje tus parpados
y sólo atinas a despedirte
parado en una esquina como una señal de tránsito
Después la incertidumbre

miércoles, agosto 30, 2006

Y después, la soledad colgando de mis brazos.

sábado, agosto 26, 2006

La soledad es un acto obsceno.

lunes, agosto 14, 2006

Las 3 caras de Eva ( Y ni hablar de manzanas )

Conozco a una Eva disidente, a una Eva reincidente, a una Eva incidente.
Y me pregunto: ¿Dónde diablos quedó la manzana que guardaba para la ocasión perfecta, en que te sentaras a cenar a mi mesa?
Mi vida es un instante perdido entre tus cejas.
Tu desnudez es un acto de fe en un circo.

martes, agosto 08, 2006

Nadie es profeta en su tierra

Apenas me entere que publicaron mi cuento en la antología del cripil, confirmadísimo, ¡nadie es profeta en su tierra! la primera publicación aquí y es en cuento, tendré que irme a España par publicar mi poesía.
La verdad y a lo mejor soy como una película del Santo.
Santo, Santo, Santo…

lunes, agosto 07, 2006

(Perdón Gloria Collado, perdón)

"Todos van
los niños y los perros van"
y yo enroscado en tus piernas esperando el fin del mundo.

jueves, agosto 03, 2006

Lo mejor es quedarnos quietos, extraviarnos el uno en el otro, para luego buscarnos como gusanos en el escombro.
¿Por que no hay un "rómpase en caso de emergencia" cuando uno más lo necesita?

miércoles, julio 26, 2006

Cada día me siento más tú y menos yo.

jueves, mayo 04, 2006

Efecto Mariposa

Efecto mariposa (boceto en sucio)

...Mientras te quitas la blusa…
.....Un cigarro muere en un cenicero
.......En algún lugar del mundo llueve
.........Dos novios se comen a besos
...........Un niño hace su tarea
.............Nancy espera la señal de siga en un crucero
...............Una mariposa mueve sus alas
Y yo recogiendo tus cenizas del abrevadero.

jueves, marzo 23, 2006

Mayo

Mayo.

Blanco todo se vuelve blanco
de qué otro color es la agonía que ronda unas sillas pálidas
como palomas volando a los pasos de un niño
comen ojos las voces
no volteo
tu boca
sus dientes
tienen espinas
la ciudad entera es alambre de púas.

Blancos tus últimos minutos
deben de ser blancos
luego la lengua morada
la mirada perdida y las voces
de nuevo las voces
sólo que ya no escuchas
presientes con tus párpados caídos
yo pienso en luciérnagas
en los bichos raros alrededor de tu cuerpo
en Rimbaud
su infierno
tu infierno
esa maldita caja que espera con fragilidad de espectro
la caricia de tus manos.

Blanca la muerte es blanca
ausencia
olvido
ventana
zapato sin pie en el fondo del armario
que te recuerda
me recuerda
que mañana también el día será completamente blanco.

Índigo

Índigo

Largo escalofrío en escollos de crepúsculo
la sombra que arrastrabas
te dejaba sin sangre
hebra de ponzoña
delicada turquesa en muelle sordo
cielo de ausencia muriendo entre talismanes
las tinieblas te descubren perlas en los labios agrietados
Mañana bañare en mis manos el recuerdo de tus aguas trenzas
quién te supondría desnuda navegando entre islas
alba aguijoneada
niña vacía
voluntad de espectro ahora sin sombra
sin destino
y así
en casa hostil
me cercenare zafiro en desembarcolvido de andén polvo
Después vendrás ángel
lluvia de Magdalena vestida de manos
suspiro de vela acariciaras mi rostro
insaciable escarcha en la caída
yo apartare tu cabello confundida en raíces de primavera
cuando el invierno pase azul.

viernes, marzo 17, 2006

Los Noveles


Hola ¿como están? el pasado jueves 16 de marzo me publicaron en la ciberrevista Los Noveles; así que si no tienes otra cosa que hacer visítala y dame tus comentarios.
Gracias.