sábado, agosto 13, 2005

Libélulas.

Dos siluetas ocultas por las sábanas
se acarician, después se rompen.

Lo siento, el tráfico está imposible;
el café de las 6:30 pasa inadvertido,
en nuestra mesa un cigarro muere
no dices nada,
lo primero que aprenden los amantes
es a hablar con los ojos.

Sólo dos cucharadas de azúcar,
apuro el trago, miro el reloj;
la avenida se llena de autos
cada cinco minutos,
los miro por el espejo
un chevrolet azul se detiene frente a la ventana,
dos niños juegan en el asiento trasero.

Una mesera se convierte en equilibrista,
la ciudad se vuelve sombras
caminando por las calles,
todos apuran el paso;
las 7 y 15, se me hace tarde
me doy cuenta que hay una libélula
sentada en la silla;
no te escuché, lo siento.

1 comentario:

Anónimo dijo...

lo primero
es correcto