sábado, agosto 13, 2005

Ámbar rojo.

El aroma de los lirios se enreda en tu cabello, el sol baila con la cortina. Tendida en la cama tu bata de seda se confundía con las sábanas.
La honestidad es brutal.
Te sentiste ultrajada, violada por tres palabras, no por mil, no por cien, tres palabras y descubriste entonces, te descubriste.
La noche era un jaguar, sus colmillos abrieron la carne, un gemido salio de tu boca.
Silvana; siempre Silvana, Madrid es una postal en el espejo. Las máscaras, con figuras precolombinas, te miran, siempre en silencio, ojos de madera enclavados en el tiempo, astillas penetrando tu vientre, horas más tarde, seco, como tus muslos, como tus dedos, como esa maldita ausencia que tienes metida dentro; de súbito, la mañana y el aroma de los lirios como una enredadera en tu cabello.

1 comentario:

Anónimo dijo...

eit
me encantas asì sin tanta metamorfosis, descriptivo exacto a veces

bien!